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Diferencia un Ribera del Duero de un Rioja

Vinos hay muchos, así como matices, sabores y propiedades. Algunos son perfectos para un cóctel, otros para acompañar a un rico guiso o para darle la textura perfecta a un pescado. Cada uno, para una ocasión. Por ello es fundamental saber diferenciarlos. Sobre todo dos de los que más acompañan nuestras mesas, el Ribera del Duero y el Rioja.


Ribera del Duero vs Rioja
Tanto Ribera del Duero como Rioja son dos de las denominaciones de origen que más produce, más consume y más exporta España. Con ciertos rasgos comunes entre ellos, sin embargo, estos vinos pueden diferenciarse fácilmente teniendo en cuenta dos aspectos: la geografía y el clima.
 
La geografía, el principal factor
El primer aspecto que les diferencia y que, por ello, les da un sabor determinado a cada uno, es la geografía. Mientras los vinos de Denominación de origen Ribera del Duero provienen de la zona de Castilla y León, con una tierra fértil de millones de años de antigüedad, en la que abundan minerales del tipo del calcio y roca caliza, los de Rioja se concentran en las zonas respectivas de La Rioja, Álava y Navarra. Estos terrenos presentan componentes calcáreos y arcillosos, capaces de retener el agua y entregarla a la vid. Esto hará que a mayor agua retenida, menos concentración en la uva y menor cantidad de azúcares.
 
La diferencia de clima
El clima también es un factor que les otorga rasgos diferenciados. Por un lado, La Rioja se caracteriza por la influencia de aires húmedos y cálidos procedentes del Mediterráneo, así como vientos fríos y secos provenientes del norte, de los montes vascos y pirenaicos. En definitiva, un clima continental templado de inviernos suaves, otoños cálidos y veranos no excesivamente calurosos. Así, la uva madura de manera más profunda, lo cual le permite adquirir una mayor calidad de matices. Por el contrario, la zona del Duero presenta un clima más continental, con inviernos fríos y veranos calurosos. Por ello, la maduración de la uva es más corta y a vinos más concentrados. Así, su sabor es más potente, con más cuerpo y con características aromáticas más frutales.
Dos aspectos básicos que ayudarán, de primeras, a saber diferenciarlos.